viernes, 28 de agosto de 2015

Los seres humanos hemos nacido para correr

¿Cuántos somos los convencidos de la siguiente afirmación?

En este artículo vamos a tratar de mostrar la idea de consenso que existe en la actualidad acerca de correr calzado y descalzo y las implicaciones que estas técnicas de carrera tienen sobre el rendimiento y las lesiones deportivas.

Para ello, haremos referencia a la naturaleza de la carrera humana; nos mantenemos de acuerdo con muchos autores cuando postulan que la estructura corporal humana fue significativamente influenciada por el hecho de que se tenía que correr por la propia supervivencia; antes de la invención de lanzas, arcos y flechas, el Homo Sapiens ya corría a por su presa hasta el agotamiento.

Nuestros antepasados lo hacían descalzos. El primer "zapato" surgió para proteger la superficie de apoyo del pie atando una extensión plana de artemisa con un vendaje al pie, pero poco a poco fue evolucionando hasta prestar amortiguación, estabilidad, comodidad, corrección de patrones de movimiento e incluso la creencia de "protección contra las lesiones", cuestiones que se ponen en duda.

Algo que queda claro es que este calzado altera el patrón de movimiento natural que el hombre, sin zapato (por su estructura) llevaría a cabo.

Esta modificación del patrón natural de la pisada no solo puede contribuir a cambios morfológicos que conducen a lesiones sino que, además, puede suponer variaciones con deficiencias en la cinemática natural del movimiento:

  • Dinámica más lenta.
  • Mayor gasto energético para igual velocidad.



Actualmente, la técnica de correr descalzo está aumentando atribuyéndose esto (según varios autores), a la cantidad de corredores aficionados en contraste con el número de corredores de élite dentro de las muestras estudiadas en las distintas investigaciones, haciéndonos ver que la mayoría de corredores que la llevan a cabo son corredores a nivel amateur y no de la élite. Sin olvidar que existen evidencias que confirman que la técnica de antepie es común en corredores de raza negra como Keniatas y Etíopes, además de los procedentes de la tribu de los Tarahumares (México) entre otros.

Con respecto a la mecánica de ejecución de ambas técnicas citar que ir calzado difiere bastante a ir descalzo, provocando ambas diferentes repercusiones físicas:

  • Calzado, provoca un pico de impacto muy definido en la fuerza de reacción vertical del suelo durante el contacto (este precede al pico de propulsión), además de una acusada flexión dorsal. Esto último ocasiona altas cargas en posición temprana. Si se toma el primer contacto con el suelo con la parte media del pie, la carga suele caer entre la parte trasera y la delantera del pie; un poco más repartida pero ofreciendo igualmente impacto a las estructuras superiores.


  • Descalzo, repercute un menor impacto pero con más carga excéntrica en la musculatura posterior de la pierna. La longitud de paso y la zancada son más cortas, ofrece menos carga e impacto sobre el hueso calcáneo aunque más carga muscular y sobre los flexores plantares además de más tensión sobre la zona metatarsal y mayor velocidad de deformación del tendón de Aquiles.

Aunque la técnica correcta se describe como un apoyo muy suave con un aterrizaje del pie en ligera flexión plantar y tenue "roce" del talón en el suelo, haciendo, esto último que el impacto sea mucho menor, aumentando la superficie de apoyo sobre la que se reparte la carga y descargando en cada uno de los pasos la tensión que se le impone al tendón de Aquiles y musculatura posterior.

Con respecto a la repercusión en el índice de lesiones, estos estudios demuestran que los corredores habituales se lesionan una media de una vez al año, siendo la rodilla la zona más frecuente, seguida de la pierna, el pie y parte superior superior de la pierna. En este porcentaje no solo influye el uso excesivo de carrera, sino que lesiones pasadas mal curadas también pueden tener su repercusión. Tampoco olvidar la gran influencia que puede tener una mecánica anormal de carrera.

Por último, remarcar que correr calzado está relacionado con correr a altas intensidades y velocidad lo cual también se puede ver relacionado con las lesiones; ya que, los corredores descalzos habituales están más acostumbrados a correr largas distancias (más volumen) a una intensidad y velocidad más uniforme y controlada ya bien por razones de estar intentando eliminar alguna lesión, por otras expectativas de lo que se entiende por correr...por estas mismas razones no se puede asegurar 100% que se la técnica de carrera la causante de un menor % de lesiones, sino que el conjunto de situaciones que convergen en cada uno de los corredores o grupos de corredores hacen que se den unas circunstancias concretas.

Si lo que se pretende es evitar el gran impacto a nivel superior que genera la técnica de retropié, los autores citan que aprender la nueva técnica debe conllevar un proceso lento y progresivo, que el error es querer aprenderla sin una adecuada transición que ayude a desarrollar la musculatura de pie, tobillo y pierna, esto es, sin reducir volúmenes e intensidades entrenadas con la técnica de calzados. Esto último hace que los corredores experimenten dolores en el tren inferior y, como respuesta abandonen el proceso.

Y nos preguntamos; "si se necesita un período de adaptación para la musculatura que ahora va a trabajar con más predominio, ¿sería conveniente llevar a cabo rutinas de trabajo que implicasen a estos músculos más seriamente?,¿para corredores que tienen un gran nivel, es mejor que dejen totalmente los entrenamientos y comiencen de cero, o es más conveniente que vayan introduciendo (en periodos de tiempo reducido y concretos, rutinas de entrenamiento de la nueva técnica de forma progresiva)

Ken Bob Saxton (2011) en "Barefoot runnig Step by Step", hace referencia a lo anterior citando que; existen dos formas de trabajar la transición:

1.- Abandonando por completo tus entrenamientos y empezando de cero, para esto, la progresión sería de 3 a 5 días a la semana y de 6' diarios hasta 30' las últimas semanas del último mes.

2.- Para los que no quieren abandonar su nivel de entrenamientos, sería realizar una combinación de tu rutina de entrenamiento con periodos de entrenamiento descalzo, sin olvidar que este proceso no es tan efectivo en el aprendizaje (ya que aunque ir descalzo te obligue a realizar una técnica concreta, luego te pones las zapatillas y vuelves a la costumbre) y puede ser mucho más lento.

Con respecto a lo anterior, otros autores añaden, que la técnica de correr descalzo hay que aprenderla sin ningún tipo de calzado minimalista, ni tan siquiera con calcetines, ya que esto ayuda a que el corredor aumente su sensibilidad neuromuscular y, en consecuencia, mayor equilibrio estático y dinámico y capacidad de realizar la técnica a la perfección ya que no está claro si con algún tipo de protección se realiza la técnica correcta (por falta de sensaciones...)

Esto último, en relación a las evidencias que existen acerca de que la planta del pie está preparada para la locomoción descalzo a partir de una piel más dispuesta. Además para que el ser humano tenga la capacidad de procesar de manera más rápida las sensaciones que experimenta en esta zona del cuerpo que en otras y provoque una respuesta rápida de evitación a posibles interferencias dolorosas (con una rápida flexión de cadera y la consecuente descarga).

Para finalizar, citar que hacen falta años de práctica de la técnica de carrera descalzos con el fin de poder observar los efectos a largo plazo de esta forma de correr que a orígenes tan antiguos se remonta.


(Tribu de los Tarahumares, México)


(Alicia Pérez Félez, Graduada en CC. de la Actividad Física y el Deporte)


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